lunes, 19 de noviembre de 2012

Terror en el Pizjuán. (Sevilla FC- Real Betis)


Bochornosa actitud del equipo de Mel que salió al terreno de juego del eterno rival con el rabo entre las piernas. Un Betis irreconocible, paupérrimo, denigrante, que jugó ayer una pachanga de patio de colegio.
Según la Real Academia de la Lengua Española terror tiene como significado ''miedo muy intenso'', pero lo que ayer vivió el Betis -la afición los jugadores...para qué hablar- fue muchísimo más que eso.

Trece segundos, nada más y nada menos,  nos duró la alegría del derby, toda una semana para que Nelson que ceda un balón a un nerviosísimo Adrián, y éste se le ponga a placer, cual jugada de fútbol sala, a Jose Antonio Reyes que, internándose en el área, manda un duro trallazo al fondo de las mallas. En ese momento el beticismo estaba paralizado, por los suelos. ¿Cómo se puede tener este fallo en un partido tan importante para la afición? Inexplicable.

Mucho más lejos de levantar cabeza y echarle coraje, el Real Betis fue un muñeco de trapo en las manos del equipo sevillista; una falta escorada en el minuto cuatro le sirvió a un magnífico Sevilla -las cosas como son- para incrementar su ventaja en el luminoso Ventaja que, desde una posición relativamente favorable para el Sevilla, cuelga Rákitic al área y remata Fazio, libre de marca y en fuera de juego, lo que no evita la empanada mental -no hay otra palabra- de la defensa bética, y en este caso de Paulão, que se duerme en los laureles.

Ayer el beticismo estaba más hundido que el Titànic. Pero aun no había llegado el final porque el Sevilla se lo estaba pasando bien y querían seguir disfrutando. Querían más goles.
Reyes celebra el primer tanto del equipo nervionense.
El pánico estaba servido para los béticos. Negredo casi pone el drama al aprovechar una pérdida de balón en la medular del Real Betis, que inicia una gran galopada aprovechando que la defensa bética corría al lado contrario del balón. Se quita de encima a Adrián con un magnífico dribling y envía el balón desviado por centímetros.
Especial mención a la defensa bética ¡¡Cómo basculan,¡ oiga!. !Qué finura y qué sangre le echaron ayer! (puro sarcasmo, evidentemente).

El cuarto gol llega por un rechace que envía  Negredo al larguero; un atento Reyes situado en el área pequeña, empuja el balón al fondo de la portería. Este gol llega por la falta de actitud de la zaga bética y en especial de Nelson que se queda espectante tras la acción de Negredo. 

Minuto treinta y cuatro: 3-0.  La puntilla del monólogo sevillista -en la primera parte- la puso otra vez Fazio, con un espectacular remate a un centro medido de Reyes (min 43). De nada sirvió la bronca de Mel en el descanso a los suyos, que ni siquiera consiguieron maquillar el luminoso. 

Los jugadores, alineados en el terreno de juego, se volvieron a reír de la afición bética del mundo. Parecía que el Betis daba señales de resurrección, pero se quedaron en eso,  meras señales. 
La mejor afición del mundo, animando a su equipo.

El Sevilla, un poco más relajado,  espero su ocasión a la contra para minar completamente la moral de los béticos.
La anécdota de la noche la puso Rubén Pérez en el minuto 62, cuando se auto-expulsó fingiendo un pelotazo en la barriga, cuando en realidad  había sido en la mano. Éste propició una falta en la frontal del área que, de milagro, no besó la red.

Tras la expulsión de Pérez, el otro Rubén , desaparecido ayer,  puso el gol de la honra -por llamarlo de alguna manera- en el marcador. 
El gol llegó tras una magnífica galopada de Juan Carlos por la banda izquierda, que centra a la olla; Fernando Navarro falla en el despeje, y Rubén, anota el gol.

El partido parecía dar una tregua de goles al Betis, pero fue en los minutos de tiempo añadido cuando el Sevilla mató al Betis. Navas saca provecho de un balón perdido (¡cómo no!) de la zaga bética, se planta delante de Adrián y de tacón se la cede a Rákitic para meter el quinto gol de la noche para los sevillistas.

Así acabó la "peli de terror" en el Pizjuán. Los 1.300 béticos que se dieron cita en el Nervión Plaza no dejaron de cantar, de animar y de alzar sus bufandas al son del manque pierda. Porque nosotros somos grandes, enormes.

No tenemos nada que envidiar a un equipo que sólo llena su estadio cuando se juega el derbi, o que se hacen ''fans'' espontáneamente de Reyes cuando hace apenas tres semanas le tachaban de mercenario. 
Los socios del Sevilla salieron ayer hasta de debajo de las piedras, porque "por el interés te quiero Andrés". Me hubiese gustado verles, si hubiesen perdido, enfundados en la camiseta de su Sevilla. 

Es lo que hay. A levantar cabeza señores; no queda otra. Es lo que tiene ser del Betis. Hay que amarlo, con sus días buenos y sus días malos. No es fácil, pero para eso somos la mejor afición del mundo. 
El que no lo resista, siempre puede hacerse de un equipo ganador, como el Madrid o el Barça.

¡¡Manque pierda!! ¡¡Te quiero Betis!!


Sevilla FC: Palop; Cicinho, Fazio, Spahic, Fernando Navarro; Medel, Maduro (Hervás, m.77), Rakitic; Jesús Navas, Reyes (Perotti, m.64); y Negredo (Babá, m.83).
Real Betis: Adrián; Nelson, Mario (Amaya, m.47), Paulao, Álex Martínez; Cañas (Jonathan Pereira, m.27), Beñat, Rubén Pérez; Pozuelo, Juan Carlos (Salva Sevilla, m.72); y Rubén Castro.
SALVA SEVILLA.
Casi anda o nada para comentar acerca de Salva Sevilla, gozó de 25 minutos en un partido muerto y cerrado. Cabe destaca que fue el único jugador que dio la cara en la zona mixta.



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