Paulão y Iriney en la disputa de un balón. |
Partido extraño y
difícil de analizar el que se jugó ayer en el Benito Villamarín.
El Betis se plantaba en
un duro partido con la confianza que dio la victoria en Getafe, pero de nada
sirvió.
El conjunto granadino,
muy bien formado sobre el campo planteó un partido muy bueno y supo aprovechar
en todo momento las ocasiones que tuvo.
Tal fue el aturdimiento
bético que llegó el gol del Granada tras un lío entre Adrián y Paulão que dejan
suelto el balón en la frontal del área, donde se encuentra Torje para enviar el
primer tanto del partido al fondo de las mallas.
El Betis parecía
espabilar con el gol del Granada, tenía la posesión mas la caraja que
llevaban encima y la falta de ideas no dio los frutos que se esperaban.
Ni Beñat ni Salva
estuvieron ayer finos, no pudieron llevar la batuta del partido y eso se notó.
De éste último llego la única ocasión peligrosa que fue entre los tres palos
del marco de Toño -pletórico ayer-, un disparo potente desde la frontal que
consigue despejar sin problemas.
Un Granada muy bien
plantado sobre el campo, aprovechó sendas pérdidas de balón del Real Betis para
llegar a la portería de Adrián -partido muy reglar el del canterano-, no
supieron materializarlas, pero siempre que tuvieron el esférico consiguieron
llegar a portería. Una primera parte para olvidar, el Granada puto matar el
partido, pero con más fortuna que suerte no materializó.
La segunda parte empezó
con la misma caraja. El Betis muy nervioso siguió con la misma tónica llevada a
cabo en la primera mitad, tocaba pero perdía el balón y la pérdida de balón
causaba las llegadas del Granada. Pronto empezó a avisar el Granada que econ el
dominio y el toque puso al Betis en un aprieto.
El Betis apenas
conseguía llegar a portería y cuando lo hacía, lo hacía (valga la redundancia)
a balón parado.
La primera, en forma de
falta: la cuelga Beñat al área y en primer estancia aparece el
francopolaco Perquis para rematar, la para Toño, el rechace lo coge Molina que
envía, finalmente, el balón al palo.
El Betis empezaba a
espabilar y las ocasiones empezaban a llegar por medio de las bandas y la
medular (los mejores del partido, ayer).
Fue en el minuto 62
cuando el Betis dio un golpe sobre la mesa: jugada individual muy buena de Ález
Martínez por su banda, el canterano la centra al área, aparece Rubén que con
una bolea a bote pronto consigue enviar el balón al fondo de la red.
A partir de ahí, el
Betis empezó a venirse arriba, las ocasiones se sucedían pero el Granada
aguantaba. Pero, cosas del fútbol cuando mejor estaba el cuadro heliopolitano
el Granada marcó el gol definitivo y que dejaría la moral de los béticos por el
suelo: Mikel Rico aprovechó un balón suelto en el área para poner el 1-2 (min
74). En ese momento el Betis se diluyó por completo y el partido se rompió, el
Granada aguantó el resultado con un fúbol de toque y el Betis apenas
presionaba.
El próximo partido será
el derbi sevillano, esperemos que el equipo de Mel nos dé la alegría que
merecemos. Este partido solo ha de ser un punto de inflexión sobre el que
debemos reaccionar.
Real Betis: Adrián, Nelson (Ángel min. 86), Paulao, Damien Perquis, Álex
Martínez, Cañas, Beñat, Salva Sevilla (Pereira min. 50), Juan Carlos (Nosa min.
80), Jorge Molina y Rubén Castro.
Granada C.F.: Toño, Nyom, Borja, Diakhaté, Bryan Angulo, Iriney, M. Rico,
Torje (Orellana min. 69), Brahimi (Ortiz min. 75), Dani Benítez y Youseff
El-Arabi (Flores min. 88).
SALVA SEVILLA
No obstante el virgitano, ayer,
no se encontró cómodo sobre el terreno de juego. Tuvo protagonismo, pero este
partido no era para él pues el 0-1 de Torje, hizo que Mel se plantease una
solución para el match, ésta la encontró en Pereira: buscaba dar más velocidad y llegada a meta rival.
Tuvo el empate en sus botas
tras un fuerte disparo en el minuto 27.
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